miércoles, 16 de junio de 2010


Es lindo triunfar en algún aspecto, pero les aseguro que es mucho mejor cuando, para ese triunfo, diste todo lo que pudiste y más. Por más que te quejaste, pensaste "¿y ésto para qué?", tuviste ganas de mandar todo a un lugar muy lejano (o no tanto), cuando ya lo lograste, la sensación es única y te das cuenta que VALIÓ LA PENA, y por unas semanas, o días, o minutos, o segundos (todo depende la persona), sos una persona cien porciento conforme con vos mismo.
ESAS son las pequeñitas cosas por las que hay que vivir y no tirar la toalla (porque hasta los más mancos la siguen remando).