martes, 6 de abril de 2010
Cuenta la historia qué hace millones de años, la tierra era habitada por seres extraños, cuya fisonomía se encontraba formada por cuatro brazos, cuatro piernas, dos cabezas y un solo corazón y un alma única. Contaban con una gran inteligencia y una fuerza inigualable, al punto qué un día tomaron coraje y se enfrentaron a los dioses. Zeus, el dios más poderoso en el planeta, no podía permitir semejante atrocidad, pero tampoco podía matar a esas bellas criaturas únicas, por lo qué tuvo más remedio qué separar esta especie, dejándolas con sólo dos brazos, dos piernas, media alma y un corazón partido al medio. Estos seres no solos perdieron la mitad de su cuerpo, su fuerza y su inteligencia, sino qué perdieron parte de su alma y su corazón, ya no eran una unión, eran una individualidad. Es hoy en día qué estas individualidades tienen la misión de encontrar su mitad, de dejar se ser una individualidad para ser una unión mágica, con un alma consumada y un solo corazón con amor puro y único, para así lograr el merecido final feliz qué durante millones de años se les negaba. Pero, qué pasaría si las individuales se encuentran y vuelven a perderse? Tendrá la oportunidad del reencuentro o pasarán la vida lamentando haber pedido su mitad? Encontrarán otra mitad qué rellene el vació qué quedó?. Dicen qué la historia larga o la corta siempre llega al final feliz. Pero si los protagonistas caen, y la historia no termina… El final feliz,¿ dónde queda?
Antes que la noche me despierte a la mañana, antes que la pena me dibuje nueva cara, antes que sepa que me hace falta, antes que la suerte pise fuerte por mi espalda, antes que me encuentre pataleando madrugadas, antes que sepa que me hace falta, voy a olvidarlo, quiero olvidarlo.